viernes, 4 de abril de 2008
¿ES ACASO LA MISOGINIA TAN ERRADA?
Admiro a las mujeres, van por la vida presumiendo su liberación, su independencia, su igualdad. Cuando en la tarde no se suben al coche hasta que el novio ¨no les abre la puerta¨o le sonríen coquetamente al galán porque obvio es propio de su género pagar la cena. No tengo el menor inconveniente en que me digan misógino, pero si quiero dejar claro que reconozco que como los partidos políticos, no todas son iguales. Sería muy ingrato cuando fue una mujer la que me dio la vida y la que me mantuvo hasta ya entrados los 20´s.
¿Pero a quién culpar? Nacemos, nos criamos y crecemos con la caballerosa educación de ceder el paso, abrir las puertas, proteger, defender, mantener. Se imaginan que pasaría si cada mujer pudiera valerse por sí misma. Se supone que son 7 por cada hombre, creo que los países víctimas de la sobrepoblación se volverían potencias mundiales, las oficinas de las compañías trasnacionales tendrían una decoración ¨distinta¨y los embarazos serían como vacaciones pagadas.
Citando a Ibargüengoitia en su libro Sálvese quien pueda encontré algo muy adecuado para esta cruel reflexión:
¿Serán las mujeres más tontas que los hombres?
Cuando una mujer es inteligente, es decir, que piensa con claridad, sin impedimentos, con precisión y si es posible con rapidez, nos cuesta trabajo descubrir los rasgos que diferencien este pensamiento del de un hombre. Es decir que la inteligencia, cuando funciona es asexual.
En cambio, la estupidez es, por lo general, atributo de sexo.
No hay nada que le dé más coraje a una mujer liberada que alguien se le acerque en la calle y le diga ¨chulita¨.
La gran mayoría de las mujeres no son consideradas objetos sexuales más que a ratos, y cada una de ellas por una fracción diminuta de la población masculina. Algunas nunca en su vida ha sido objeto de ese género de opresión.
Una de las acusaciones más serias que pesan sobre las conciencias de nosotros los hombres, es la de haber explotado y seguir explotando económicamente a las mujeres.
En la mayoría de los oficios una mujer gana menos que un hombre por igual cantidad de trabajo producido, muchos sindicatos están cerrados a las mujeres, no hay albañilas, ni macheteras, y aun en las carreras que están aparentemente abiertas, cuesta mucho más trabajo y se necesita ser más listo para llegar a la cúspide si se es mujer que siendo hombre.
Sin embargo esta inferioridad aparente tiene sus compensaciones. Hace muchos años, en la región de Irapuato, en un rancho de la familia, las mujeres servían para prender la lumbre, echar tortillas, hacer tacos y ponerlos en una canasta envueltos en un mantelito bordado. En las listas de raya aparecía cada semana una partida que decía ¨gordero¨. El trabajo gordero era mal visto y se encomendaba por lo general a un tullido con burro, a un anciano, a alguien que le daban ataques epilépticos, a un niño o a alguien tan bruto que no se le pudiera encomendar ni hacer un agujero en el suelo. Nunca, nótese bien, se le encomendó este trabajo tan humilde a una mujer, porque se consideraba que una de dos: ésas ni para eso servían, o bien que una mujer sola por los campos, cargando canastas de gordas, se encuentra con una parranda de vagos, la tumban al suelo, le quitan las gordas, y de paso la violan.
Este episodio de la batalla de los sexos puede ser interpretado de varias maneras. Las feministas dirán: nos dan trabajo, pero nos lo pagan a la mitad. Los hombres en cambio podemos decir: ¿para qué se meten? ¿quién las mandó llamar? ¿no estaban contentas en su casa prendiendo el fogón? Querían ganar dinero y lo único que hicieron fue inundar el mercado de mano de obra y abaratarla.
No sé quién demonios fue el idiota o la idiota que dijo que un travesti es un hombre queriendo superarse. Más bien es un tipo buscando una vida fácil, maquillar esa fortaleza con polvos de debilidad, alterar su naturaleza a un cuerpo lleno de bolas y curvas que le encantaría que sangrara cada mes. Una mujer tiene la vida resuelta en el momento que consigue marido, Cuántas veces no escuché en la carrera, ¨Estudio mientras me caso¨ ¿En qué momento se asignaron roles de protector y protegida? Otra vez las malditas etiquetas. La verdadera equidad de la multimentada equidad de género debería ser un total no una conveniencia. Quizá suceda cuando las mujeres sean obligadas al servicio militar, cuando los hombres liberados puedan usar falda para ir a trabajar, cuando un contador de nombre José Luis con 3 hijos fanáticos del fútbol y esposa Lupita pueda meter dentro de sus gastos notas por depilación láser. Cuando venga una mujer en uniforme naranja y bigotes a recoger la basura de mi casa. Cuando ellas puedan hacer pipí de pie.
A lo mejor cierro el hocico cuando me pueda embarazar.
Mujer ¿Qué estás esperando para ser todo un hombre?
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1 comentario:
Nunca mas en desacuerdo contigo, la s mujeres son tal listas que se aprovechan de esas etiquetas para que sigamos invitando, pagando y abriendo puertas. Además de que las mas “tontas” tienen un marido que las mantiene, otras que cambian ramos de azar por una casa con tv a color y cuentas del super mercado pagadas.
Y por si fuera poco crean pequeños moustros en la comodidad del lugar que llaman “casa”….no se si sigas creyendo que son tontas… y la igualdad de genero es un problema de hombres, no de mujeres me queda claro….
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